En la obra de Eça de Queirós (1845-1900), "El primo Basílio" forma parte de dos grupos escogidos: el de las obras acabadas, pues Eça dejó varias novelas a medias o con problemas de fijación textual, y el de las obras maestras, en el que se codea con "Los Maia".
En la literatura universal, "El primo Basílio" pertenece a un preciado collar: el de las novelas dedicadas a trasvasar el alma de las "bovarys", de las jóvenes adúlteras burguesas; así, "El primo Basílio" es el retrato de una "burguesinha" lisboeta, una mujer indecisa y voluble, moldeada para cumplir con un exiguo papel, y que cuando da un paso no previsto, pero al que las corruptelas ambientales la empujan, sucumbe.
En una Lisboa aplastada por el calor, Luísa, una mujer de veinticinco años, casada desde hace cuatro con un ingeniero de minas, recibe la visita de su primo Basílio, con el que antaño había tonteado y que ahora vuelve de Brasil, donde ha rehecho su fortuna.
Al hilo de esta historia, Eça de Queirós despliega el estudio de Lisboa y sus habitantes (la fiel galería queirosiana de los mediocres y pretenciosos). La crítica, como siempre en sus manos, no es acerba, conserva un fondo de ternura hacia la realidad de la que se ironiza.
"Episodio doméstico" subtituló Eça de Queirós "El primo Basílio", igual que subtituló "Los Maia" "Episodios de la vida romántica", lo que significaba que era deseable el fin de ambas instancias: la familia burguesa y el romanticismo delicuescente, el de curso más habitual al sur de los Pirineos.
Leer a Eça de Queirós es darse un baño de inteligencia: de sus novelas se sale menos ridículo, menos ñoño, menos enfático y más incisivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario